Viernes 9 de Marzo de 2012.
La novela por la que pasa la empresa Productora Alimentaria S.A., conocida por las marcas que comercializa como Naranpol hace acordar a muchas parejas actuales de estos tiempos donde conviven hijos de ambos y a eso se le agregan los propios pero nadie entiende bien quien es quien.
Ya es normal escuchar los comentarios de la gente en la calle preguntando "¿che, los que cortan son los que se quejan o los que apoyan?". Frases como estas demuestran el grado de desorientación de la opinión pública y hasta de los funcionarios públicos. En pocas líneas trataremos, a nuestros entender, de diferenciar o separar el agua del aceite.
Por un lado se encuentra un grupo radicalizado que desde Octubre pasado tomó los establecimientos de la provincia de Santa Fe y en particular de las plantas productoras, lo que llevó al paro de actividades por falta de mercadería a las pocas semanas. Estos son los que han conseguido el apoyo del partido obrero, del movimiento de empresas recuperadas y de las madres de plaza de mayo. Este grupo es el que se manifiesta en Tribunales, plazas y han cortado numerosamente diferentes rutas, culminando la semana pasada en un corte total a uno de los accesos principales a la ciudad de Santa Fe en reclamo de una nueva entrevista con funcionarios de esta provincia. Son ellos los que han amenazado al juez Sodero entrando por la fuerza al palacio de justicia provincial.
Por otro lado se encuentran las personas que, en desacuerdo con las acciones y posturas sindicales o del grupo anterior, ha preferido mantenerse pacífícamente y están esperando la resolución de desalojo para volver a ingresar e intentar salir adelante de esta situación. Algunos incluso han participado en sus inicio del grupo activistas pero viendo los manejos prefirieron alejarse. Este grupo disperso por el país es el más numeroso y del cuál todavía se ha escuchado muy poco. También fue el grupo más perjudicado porque no han participado de la venta ilegal de mercadería ni de sus ganancias, pero por otro lado no pueden prestar servicios ni cobrar por los mismos y mientras más se estira esta situación más perjudicados están resultando propio de que la empresa no está en funcionamiento. Este grupo se han manifestado una sóla vez en forma masiva allá por noviembre frente a la casa de gobierno de Santa Fe dirigida en aquel momento por el gobernador Binner; reclamo que fuera sofocado por el grupo de activistas en forma intimidante y sugestiva.
Como si fuera poco en el primer grupo hay a su vez dos posturas: aquellos que siguen en contacto y las directrices sindicales; y otros que desde hace tiempo se abrieron del sindicato respondiendo al abogado del movimiento de empresas recuperadas Luis Caro, relacionado con un alto funcionario nacional.
Si algo queda claro es que el objetivo de frenar a Naranpol en la temporada fue cumplido con creces; pero lo que todavía no se dimensiona socialmente es el impacto que esto tendrá en el futuro.
Como decíamos en notas anterior cuando la violencia y el autoritarismo (corte de rutas) son premiados y logran su cometido de ser reconocidos y atendidos por los funcionarios de turno marca un conducta socialmente aceptada y será repetida por aquellos, que sin importarles los derechos de los demás, piensen que ese es el camino a seguir para reclamar lo que se cree justo desde una mirada particular e individual.
Nada está definido aún y parece que todavía habrá mucha tela para cortar con este caso que está marcado un precedente sin igual en todos las esferas estatales.
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